Mucho antes de que los occidentales usaran Nike, bandas para el sudor y practicaran para maratones, los monjes tibetanos realizaban un entrenamiento especial para la meditación llamado lung-gom-pa que derivaba en proezas increíbles de resistencia y velocidad. Después de años de práctica en ese saber secreto, los monjes adquirían estado alterado de conciencia en el cual podían correr varios días y noches seguidos por escarpados terrenos de montaña.
A diferencia de los corredores de maratones, que se entrenan físicamente, los monjes que hacen lung-gom-pa, se "entrenan" para este tipo de carrera en trance metiéndose en cubículos para meditación que luego son cerrados; haciendo principalmente ejercicios de control respiratorio y circulatorio. Durante períodos de meses o años, viven en silencio, sin entrenamiento físico alguno, recibiendo solamente regalos de alimentos a través de una abertura de unos trece por veinticinco centímetros. Dicen que, después de varios años, el cuerpo del monje se vuelve tan liviano y sutil que puede salir por esa abertura; entran en una especie de trance hipnótico en virtud del cual son capaces de recorrer sin cansancio distancias de hasta 200 millas en un día, sin parar y a paso veloz. Los “lung gom pa” avanzan a grandes zancadas, devorando el terreno a increíble velocidad; sus movimientos tienen perfecta regularidad y sincronización; su rígida figura semeja la de una estatua y el rostro denota el profundo trance en que están sumidos, y del cual emergen cuando por fin se detienen; ni una gota de sudor, o una respiración agitada Alexandra David-Neel, quien vivió 14 años en el Tibet, en su libro Magic and Mistery of Tibet cuenta que cuando caminaba con su guía Yong-den a través de una gran llanura en el Tíbet, vieron a lo lejos un punto negro que se movía. Con la ayuda de sus binoculares pudo distinguir que se trataba de un hombre que avanzaba hacia ellos muy rápidamente como a grandes saltos. Yong-den le dijo que era un lung-gom-pa. Alexandra cuenta ” ... pude ver su cara impasible con los ojos abiertos como si mirasen fijamente algo elevado. Avanzaba a grandes saltos. Parecía que tenía la elasticidad de una bola y rebotaba cada vez que sus pies tocaban la tierra. Sus pasos tenían la regularidad de un péndulo." Cuando el Lung-Gom-Pa se acercó a ellos, Alexandra se dio cuenta que el monje estaba en trance. No mostraba que le faltara el aliento, parecía estar apenas consciente y era incapaz de hablar; su guía le advirtió que no debía parar o acosar a aquél monje pues podía costarle la vida. Ella intentó seguirlo a caballo, pero el lama desapareció en la distancia. En este tipo de “trance”, el Lung-Gom-Pa conoce el terreno y los obstáculos del camino al igual que un sonámbulo puede evadir sin problemas cualquier obstáculo. Poco tiempo después volvió a encontrarse con otro Lung-gom-pa que estaba sentado en una roca, desnudo y que tenía unas cadenas enrolladas a la cintura. Cuando vio a Alexandra salió huyendo. Fue impresionante la velocidad que desarrolló de inmediato; tan solo escuchó el zumbido que hacían sus cadenas, mismo que se fue desvaneciendo conforme desaparecía en la espesura. Yong-den, su guía le explicó que estos monjes se ponían aquellas cadenas para hacerse más pesados, pues sus cuerpos son tan ligeros que corren el peligro de flotar en el aire. Se dice que lograr esta disciplina requiere de tres años y tres meses para completarse, tiempo en el cual el discípulo aprende de su maestro, ejercicios de respiración y unas técnicas de yoga para aligerar el cuerpo. Parte de la técnica es aprender a brincar mientras se está sentado con las piernas cruzadas, después de una serie de respiraciones profundas. Afirman que tras una intensa práctica, el cuerpo se vuelve tan ligero que es posible sentarse sobre una espiga de cebada sin doblarla. O sea que prácticamente es una disciplina de levitación. En este mundo hay muchas cosas misteriosas y extraordinarias que vamos encontrando; personas que son capaces de hacer lo más increíble; aquellas que aún parecen irrealizables… solo los que realmente pueden creen en sí mismos pueden lograr aquello que pareciera imposible.
3 Comentarios
He visto en america latina lamas desplazandose en el aire s 1m.del suelo.no
4/17/2016 12:44:54 pm
No espero que crean.no obstante,es verdad.
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J.miguel madruga
1/9/2017 06:08:00 am
Los he visto tambien.2 levitando a 40 cms.del suelo.no consumo drogas.no fumo.no bebo.esta claro que no espero credulidad.
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